martes, 8 de marzo de 2011

servicio de calidad turistica

El turismo es una actividad de contacto constante con seres humanos, requiere del relacionamiento humano. Aquel
que no sea capaz de dar comprensión a la clientela (los turistas) es mejor que abandone el ámbito laboral de la industria del turismo –opinión mía, muy humilde-.

Uno de los problemas interesantes con que contamos por parte del sector público y privado en la práctica del turismo en Bolivia es el de la prestación de servicios. Muchas veces quienes en algún momento de nuestra vida somos turistas nos vemos inmiscuidos en situaciones embarazosas, molestas, tediosas y hasta como diría el boliviano “emputantes” (o sea que dan bronca).

El turismo en Bolivia -es cierto- no está en manos de gente profesional, sino así de gente empírica -. Por aquello, si bien no son todos- únicamente se busca “lucrar por lucrar” -aprovechar oportunistamente al turismo-.

Olvidan nuestros colegas de buena parte del empresariado privado y de las instituciones públicas que el mercado compuesto por turistas potenciales o turistas reales que son maltratados o tratados mal, seguro jamás pensarán en regresar. No regresarán y no solo así al destino que hayan escogido dentro de nuestra hermosa Bolivia, sino a nuestra Bolivia misma. La generalización hecha en quienes alguna vez vinieron “lastimosamente” a nuestro país es muchas veces constante. No solo mal hablarán de la prestación de servicios en Copacabana por decir, sino de Bolivia misma. ¿Por qué? Porque no habremos satisfecho el nivel de expectativa del turista, sino todo lo contrario

La importancia de una sonrisa, de una atención personalizada y por ende la necesidad de ampliación de personal en temporadas altas (meses en los que las visitas o el flujo turístico crece) es vital. Bolivia con sus diversos destinos en muchas ocasiones obvia tan vital acción. Aquel lugar que sea pisado por un turista en el que alguna necesidad, curiosidad o antojo del mismo sea truncado y para colmo de manera molesta por tanta fila influirá en el sitio que contenga cualquier atractivo. Es necesario en momentos críticos de temporadas altas ser lo más precavido posible y no así como muestra al realidad en que una organización se ve limitada irónicamente en momentos en los que la capacidad de carga es sobrepasada.

Si solamente tomo como ejemplo algunos museos, algunas casetas de información turística, establecimientos de hospedaje e inclusive restaurantes, lo que lograría sería evitar que una cantidad considerable de turistas jamás pisen sus instalaciones –cosa que voy a evitar, pues alguna vez tal vez solicite trabajo en alguna de estas instituciones o empresas y a la larga graciosamente no me convendría-. Pero valga la recomendación sobre la necesidad de un buen servicio para aquellas prestadoras de servicios en las que alguna vez malgasté mis recursos -no muy altos, pero obtenidos de manera sacrificada-.

Que Bolivia no esta cortantemente sobrecargada por turistas, por lo general, es una gran verdad. Por esto cuando no sea necesario el ampliar el personal, en momentos de temporada baja, cualquiera de los destinos que contengan a prestadores de servicios directa o indirectamente turísticos, necesariamente deben tratar bien a los pocos turistas que vienen a pasar (al igual que cualquiera que salga de su ciudad de origen) un bello e inolvidable momento. Sea el turismo interno o el receptivo recibido (hecho por bolivianos o extranjeros), en cualquier población o ciudad, debe ser para el visitante una excelente inversión para generar inolvidables bellos recuerdos.

Si bien el turista extranjero deja mayores divisas, el turista nacional también permite la subsistencia de estas organizaciones. Si, que comas, que tengas algo que llevarte a la boca. Me refiero a ti empresario, a ti guía, a ti propietario de un restaurante, a ti mesero, a ti administrador hotelero, a ti recepcionista, a ti ascensorista, a ti transportista, a ti chófer, a ti policía turística, a ti…, a mí.

La calidad es por esto importante. Es absolutamente necesario el brindar un servicio que aspire a ser inigualable y que genere satisfacción en la clientela turística. La calidad en la prestación de servicios turísticos y en cualquier servicio es enteramente importante. El dejar de lado problemas personales en el puesto de trabajo es -sin parangón de seguro- el más importante factor para la satisfacción de un turista, un cliente feliz.

En Bolivia para generar servicios de calidad mediante implementos o recursos materiales nos vemos limitados. Especialmente para aquellos que están comenzando con escasos recursos materiales, pero con muchas aspiraciones, en una empresa prestadora de servicios turísticos. A pesar de esto, es posible brindar servicios de calidad, mediante el personal y su capacidad de poder brindar una atención con simpatía, preparación e información. El personal es factor clave en un establecimiento que ofrezca y brinde servicios con relación turística. A pesar de la redundancia n ose debe olvidar que el turismo es una actividad de constante relacionamiento humano, de contacto con seres humanos.

El aprovechar hasta la última gota la cantidad de recursos limitados es también clave, brindar sin rechistar lo que se tiene y saber informar en su momento de lo no disponible. Si bien no hay cosas que no se podrán brindar una disculpa y una referencia de donde conseguir tal solicitud del visitante es absolutamente perdonable para el turista. Un cálido: “discúlpeme eso no tenemos aquí pero lo puede encontrar en tal lugar” es incomparable con un frío: “no tenemos eso aquí, y vaya a saberse donde encontrará ese su capricho”. Por esto último en Bolivia debe imponerse si o si la calidad de la prestación de servicios turísticos mediante la calidez e información del personal aprovechando al máximo la menor cantidad de recursos posibles.

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